Un acercamiento al sistema inmunológico

Cuando nos enfermamos y acudimos a revisión, en algunas ocasiones el médico nos ha mencionado que quizá estamos “bajos de defensas”, que debemos fortalecer nuestro sistema inmunológico, pero ¿qué es el sistema inmunológico? No es un tema sencillo, pero consideramos importante que tengas un acercamiento para entender mejor cómo funciona tu sistema de defensas.

¿Qué es el sistema inmunológico?

El sistema inmunológico es un conjunto de células y moléculas especializadas en mantener un equilibrio entre lo propio y lo ajeno, y con ello “defender al cuerpo de los patógenos”, que son microorganismos que causan enfermedades infecciosas, como lo son virus, bacterias, hongos y parásitos”. (1)

Para combatir las infecciones, el sistema inmunológico debe poder identificar a estos patógenos, los cuales en su superficie tienen moléculas llamadas antígenos. Estos antígenos proporcionan información que le permite a las células del sistema inmunológico reconocer qué tipo de patógeno es y distinguirlo de las células del propio cuerpo. (1,2,3)

Pero, ¿cómo funciona el sistema inmunológico?

Para comprender el sistema inmunológico; podemos imaginar dos grandes filtros (1,2,3,4):

1. Respuesta inmune innata: es el primer filtro donde se encuentran las barreras físicas (ej. la piel, el moco y el cerúmen) y químicas (ej. sudor) que impiden el paso de los antígenos al interior del cuerpo. También están células listas para responder de forma inmediata como los neutrófilos, los macrófagos y las células NK (natural killer), entre otras, su función es identificar y eliminar antígenos y patógenos del cuerpo y alertar al segundo filtro de su presencia. Al ser el primer filtro, su efecto es muy rápido, pero no genera defensas a largo plazo, ni una respuesta altamente específica frente a patógenos.

2. Respuesta inmune adquirida: es el segundo filtro donde se encuentran principalmente los linfocitos[1] (ej. los ganglios linfáticos, las amígdalas). Los linfocitos T se encargan de reconocer el antígeno del patógeno y de orquestar una respuesta inmune altamente específica. Los linfocitos B generan anticuerpos (inmunoglobulinas) y una respuesta específica y de memoria. Es decir, si se presenta más de una vez el mismo patógeno, el sistema inmune ya sabe cómo eliminarlo.

Para entender mejor, vamos a recordar lo que ocurrió durante la pandemia de COVID-19. Nuestro sistema inmunológico se activó, tratando de identificar a este nuevo patógeno: el virus SARS-CoV-2. Como nunca habíamos estado expuestos a los antígenos de este nuevo virus, nuestro sistema inmune tuvo que atacarlo primero con la respuesta inmune innata, luego con la adaptativa y así empezar a generar anticuerpos que nos defendieran a corto y a largo plazos.

Un atajo para tu sistema inmune son las vacunas, que contienen antígenos de los patógenos, se aplican de manera segura y, estimulan en el sistema inmunológico para generar una respuesta específica y de memoria equivalente a la que se hubiera inducido tras la infección natural. La principal ventaja de vacunarse es que podemos:

1. Prevenir enfermarnos
2. Enfermarnos menos grave
3. Prevenir secuelas por habernos enfermado

Finalmente, una manera de proteger tu sistema inmunológico es tener tu esquema de vacunación completo (4).

Recuerda que, si no te sientes al 100, es importante acudir con el médico. Te invitamos a que visites nuestro directorio médico para encontrar al doctor ideal para ti o tu familia.

Información validada por la Dra. Mónica Rodríguez, médico pediatra, especialista en Alergia e Inmunología Clínica.

[1] Células del sistema inmune, un tipo de glóbulo blanco que provienen de la médula ósea, se encuentran en la sangre y en el tejido linfático.