Las alergias ambientales se potencian con la contaminación. En las zonas urbanas se concentra la mayor cantidad de contaminantes del aire como el dióxido de nitrógeno (NO2), el dióxido de carbono (C02), el dióxido de azufre (SO2), el material particulado[1], entre otros, producidos por la industria y los automotores, principalmente (1).
La exposición a contaminantes ambientales tiene riesgos para la salud, principalmente respiratorios como el desarrollo de asma y en ocasiones una función pulmonar disminuida. Además, la exposición a la contaminación del aire favorece las respuestas alérgicas al polen por las modificaciones en su estructura, y por la relación positiva entre el aumento de la temperatura, la humedad y la disposición del polen. Es así como vivir en entornos urbanos contaminados representa un factor de riesgo para la salud respiratoria. Se ha documentado mayor frecuencia de rinitis alérgica y asma en población urbana que en población rural (1,2,4).
De acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial de la Salud para 2050, una de cada dos personas experimentará efectos alérgicos por la exposición a contaminantes (3).
Una de las medidas para disminuir el impacto de la contaminación en las alergias sería disminuir las emisiones de contaminantes a la atmósfera, para esto algunas estrategias encaminadas por los gobiernos, empresas y organizaciones de la sociedad civil son: (1,2):
- Inventario de emisiones y cómo mitigarlas, acciones que debe realizar cada país de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.
- Regulación del tráfico vehicular: en México, se estableció el programa “Hoy no circula” y la verificación vehicular para reducir la contaminación ambiental.
- Caminar y desplazarse en bicicleta, para evitar contribuir a la generación de más contaminantes ambientales.
- Evitar la exposición a contaminantes, reduciendo las actividades al aire libre cuando se activa la contingencia ambiental.
- Aumentar las áreas verdes en las ciudades, considerando árboles, arbustos y plantas que contengan el polen con menor respuesta alérgica.
Las alergias tienen un impacto negativo en el desempeño del trabajo/estudio y en las actividades cotidianas, por lo tanto, en la calidad de vida del paciente. Es importante no minimizar su afectación y acudir al médico especialista para evitar mayores complicaciones. Si requieres visitar a un médico, te invitamos a consultar nuestro directorio.
[1] Partículas en estado sólido y líquido suspendidas en el aire que contienen elementos orgánicos e inorgánicos de origen natural o antrópico.
Referencias
González-Díaz, Sandra Nora, Lira-Quezada, Cindy Elizabeth de, Villarreal-González, Rosalaura Virginia, & Canseco-Villarreal, José Ignacio. (2022). Contaminación ambiental y alergia. Revista alergia México, 69(Supl. 1), 24-30. Epub 21 de marzo de 2022. https://doi.org/10.29262/ram.v69isupl1.1010
Gisler A. (2021). Allergies in Urban Areas on the Rise: The Combined Effect of Air Pollution and Pollen. International journal of public health, 66, 1604022. https://doi.org/10.3389/ijph.2021.1604022
Dbouk, T., Visez, N., Ali, S., Shahrour, I., & Drikakis, D. (2022). Risk assessment of pollen allergy in urban environments. Scientific reports, 12(1), 21076. https://doi.org/10.1038/s41598-022-24819-w
Maio, S., Baldacci, S., Tagliaferro, S., Angino, A., Parmes, E., Pärkkä, J., Pesce, G., Maesano, C. N., Annesi-Maesano, I., & Viegi, G. (2022). Urban grey spaces are associated with increased allergy in the general population. Environmental Research, 206(112428), 112428. https://doi.org/10.1016/j.envres.2021.112428
Valovirta, Erkka J, Raise Awareness and R Burden. “EFA Book on Respiratory Allergies Raise Awareness, Relieve the Burden Contents.” (2012).